El término «mentalidad de crecimiento» fue acuñado por Carol Dweck a mediados de la primera década del siglo XXI.Las personas con mentalidad de crecimiento tienen la convicción de que podemos evolucionar y mejorar nuestras habilidades si nos esforzamos y nos cuidamos. Del otro lado está la mentalidad fija, es decir, cuando creemos que nuestros talentos y habilidades son estáticos y nos vemos limitados por las dificultades que se presentan. Las personas con mentalidad fija no pueden creer en su capacidad de lograr sus objetivos, y eso guarda relación con la indefensión aprendida:cuanto más convencidos estamos de que no podemos escapar a nuestra situación actual, más probable es que renunciemos a intentar salirde ella por nuestra sensación de falta de control. Nos quedamos bloqueados; no escapamos ni siquiera pudiendo hacerlo, porque dejamos de creer en nuestras propias capacidades.Tener una mentalidad de crecimiento puede ayudarnos a recordar que el fracaso no nos define, sólo nos informa del momento personal en el que nos encontramos y sirve como invitación a perseverar. Hay que aceptar los retos porque, tanto si los superamos como si no,